¿A qué se dedicaban los primeros filósofos?
Tales de Mileto: no sólo agua

Tales (ca. 640-545 aC) encabeza la nómina de los primeros sabios, de quien se dice que nació en Mileto, o fue legislador de esa ciudad del Asia Menor, matemático, astrónomo y padre de la filosofía griega.

Como astrónomo, habría recogido los conocimientos de babilonios y egipcios y continuado ciertas observaciones. Sin embargo, la predicción del eclipse de sol del 28 de mayo de 585 aC que se le ha atribuido durante siglos es, según el historiador de la ciencia G. Sarton, una verdadera leyenda sin fundamento.

Su importancia, como matemático y geómetra, residió en haber desarrollado la demostración teórica de cierto número de teoremas.
Como filósofo atribuyó el principio de todas las cosas al agua o lo húmedo, como elemento primordial, inaugurando así la búsqueda de explicaciones de los fenómenos sin recurrir a causas extra- o sobrenaturales.

Hasta aquí hemos mencionado las referencias más habituales respecto a Tales. Pero ¿cuál era su inserción social en la Jonia del siglo VI aC? Nos llega un relato que arroja luz sobre sus intereses prácticos y económicos:

Fig. 36 Recolección aceitunas en vaso ático Museo Británico (Duruy,Hist. des Grecs, Vol. I, p. 716) en Glotz, Ancient Greece at Work, Norton, 1967, p. 260.

"Por sus conocimientos astronómicos, Tales sabía, cuando aún era invierno, que en el año siguiente habría gran cosecha de aceitunas. Y de ahí que, disponiendo de poco dinero, realizó los depósitos necesarios para usar todas las prensas de aceite de Quíos y de Mileto, que alquiló a bajo precio, pues nadie competía con él. Cuando llegó la época de la cosecha y de improviso muchos fueron tomados desprevenidos, se las [sub]alquilaba por el precio que quería, e hizo gran cantidad de dinero. [...]”

La cita es de Aristóteles, de su libro Política, y está recogido por G. Sarton en su Historia de la Ciencia. La conclusión final de Aristóteles pretende justificar el proceder de Tales. Dice: “Con eso demostró al mundo que los filósofos pueden enriquecerse fácilmente, si es tal su deseo, aunque su ambición sea de otra naturaleza."

¿Por qué no pensar que Tales necesitaba el dinero y valoraba la actividad comercial tendiente a obtener riqueza, como tantos otros hombres de negocios que poblaban las ciudades jónicas en esa época? ¿Por qué pensar que Tales, como el resto de los llamados “presocráticos” eran meros contempladores de la naturaleza? ¿Por qué no concluir que lo que en realidad Tales procuraba era demostrar (ya que tal había sido su interés en las matemáticas) el valor práctico de las más elevadas especulaciones, en este caso, sus pronósticos metereológicos?

Redirigiendo la mirada

¿Hasta dónde es posible aislar sus aproximaciones a una nueva comprensión de la naturaleza, de las condiciones históricas en que se desenvolvieron? ¿Hasta dónde están escindidas del mundo del trabajo, que es el punto en cuestión? ¿Es conveniente separarlas de las relaciones sociales, de los conocimientos hasta entonces acumulados, de los saberes prácticos condensados en las técnicas? En todo caso, no será dicho aislamiento justamente un indicador de una valoración proveniente de otras posturas en otros momentos históricos?

 

arriba


www.filosofiaparaarmar.com.ar

© Copyright 2008 - Creación y diseño de Marta Abergo Moro